CORREDORES ECOLÓGICOS.

Definiciones y relaciones útiles entre el corredor verde y el plan espacial.Un corredor ecológico es un sitio o cauce con capacidad para hacer que especies animales, vegetales u hongos, se desplacen o dispersen. Su principal función tiene que ver con mitigar los impactos causados por los diferentes usos urbanos y rurales en los hábitats naturales, sobre todo respecto a su fragmentación, al intentar conectar áreas naturales con gran biodiversidad. Las grandes infraestructuras de movilidad rodada o las grandes superficies selladas, sean industriales, comerciales o residenciales, configuran un territorio artificial difícil de atravesar, aunque también las grandes explotaciones agrícolas o forestales, sobre todo de monocultivos, se constituyen en barreras casi infranqueables para la biodiversidad.


Un corredor –o vía- verde es un camino apto para el ser humano que discurre entre elementos naturales, bien los contenga o sean percibidos desde él. Para que el corredor verde cumpla plenamente su función, dicha adaptabilidad al desplazamiento del hombre debería poder incorporar algún tipo de movilidad que no necesite otra energía que la generada por el propio paseante, sea aquélla peatonal, o ciclista o ecuestre, o en patín. Algunos hablan de movilidad lenta, otros de que implica un sentido recreativo de la movilidad, entonces, paseo. La compatibilidad con otras movilidades sin perder la esencia “verde” dependerá de dimensiones y de diseño interno y “externo” (esto es posición, acceso). De ello mismo por tanto dependerá también que reúna condiciones para ser a su vez corredor ecológico.


La Asociación Europea de Vías Verdes adoptaba en 2000 (Declaración de Lille) la siguiente definición de trabajo: “vías de comunicación autónomas reservadas a los desplazamientos no motorizados, desarrolladas en un marco de desarrollo integrado que valore el medio ambiente y la calidad de vida, cumpliendo las condiciones suficientes de anchura, pendiente y calidad superficial para garantizar una utilización en convivencia y seguridad a todos los usuarios de cualquier capacidad física. 

En este sentido, la utilización de los caminos de servicio de canales y de las vías ferroviarias abandonadas constituye un soporte privilegiado para el desarrollo de Vías Verdes”. Disponible en: http://www.aevv-egwa.org/site/1Template1.asp?DocID=129&v1ID=&RevID=&namePage=&pageParent= (última consulta: 20-09-2012).

Si entendemos el CORREDOR ECOLÓGICO como un conector físico de vida salvaje, surge el debate sobre los problemas potenciales de propagación de plagas o de depredadores. Hoy se ve a estos corredores más como una de las numerosas estrategias de conservación, no una panacea. Antes que la atención a éstos, la discusión se centra en cómo facilitar el movimiento de flora y fauna a través de una variedad suficiente de elementos del paisaje, en un proceso llamado “conectividad funcional” (Hellmund & Smith, 2006)


Si asumimos el paradigma que también para la planificación espacial se ha convertido en leitmotiv genérico de cualquier propuesta de intervención –nuevo modelo para avanzar o círculo vicioso, oxímoron-: el desarrollo sostenible, frente a pasados de fe ilimitada en el progreso, se ha convertido cuando menos en unidad de medida latente y crítica para cuestionar imágenes utópicas unilaterales, tanto por intentar reequilibrar éstas a partir de las tres patas en que se apoya la ya manida sostenibilidad, economía–sociedad–medioambiente, como por cuestionar el dirigir la mirada sólo a un lado del espacio-tiempo. Es evidente que también el “desarrollo sostenible” corre el riesgo de ser un lugar común, acallador de conciencias, vacío de significado (Sygendow, 2011), pero a la espera de un modelo para avanzar mejor, aquí nos es realmente útil, ya que hace encajar a la perfección corredores verdes y planeamiento espacial.

 Un corredor ecológico será sobre todo un espacio natural protegido, un corredor verde un espacio libre público, con lo que ello implica como posible espacio de recreo y de interacción social y natural, también una infraestructura de movilidad “blanda”, y obviamente “verde” –para algún cómputo de estándares urbanos-.

Hoy se empieza a llamar “infraestructura verde”, esto es elconjunto de elementos en este caso “verdes”, es decir naturales, necesarios para el funcionamiento de lo urbano, aunque no necesariamente.

El proyecto «Ardilla: Connecting Life» conectará España con corredores ecológicos

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